martes, 20 de octubre de 2015

Leído: El lector del tren de las 6:27 de Jean-Paul Didierlaurent

Jean-Paul Didierlaurent, El lector del tren de las 6:27. Barcelona: Planeta, 2015. 200 p.

Mi amiga H. me recomendo esta breve novela con el comentario "se lee en una tarde y está bien". Pues nada si sólo está en la tarde vamos a por ella, y así fue en efecto.
Es una bonita historia de un joven, que trabaja como encargado de supervisar una máquina que tritura libros, y cuando le toca hacer la limpieza interior, siempre recupera algunas páginas que luego lee en voz alta en el tren que le lleva por las mañanas al trabajo. Y como a raíz de esto consigue nuevas amistades y la búsqueda de una chica, que puede ser su nuevo amor o no.
Me ha gustado por qué en esta breve novela se conjuga la visión de la soledad de los personajes,, y cómo en el fondo el amor a la literatura les acabará uniendo.
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Guibrando Viñol no es ni guapo ni feo, ni gordo ni flaco. Su trabajo consiste en destruir lo que más ama: es el encargado de supervisar la Cosa, la abominable máquina que tritura los libros que ya nadie quiere leer. Al final de la jornada, Guibrando saca de la entrañas del monstruo las pocas páginas que han sobrevivido a la carnicería. Cada mañana, en el tren de las 6.27, se dedica a leerlas en voz alta para deleite de los pasajeros habituales. Un día descubre por casualidad una pieza de literatura atípica que le cambiará la vida.
La amistad une a un grupo de personajes aparentemente anodinos, probables compañeros invisibles de nuestros viajes cotidianos en tren, que esconden mundos extraordinarios donde todo es posible: un vigilante de seguridad que habla en verso, una princesa cuyo palacio es un aseo público, un mutilado que busca sus piernas. En una mezcla insólita de humor negro y dulzura, celebramos con ellos el triunfo de los incomprendidos.

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