miércoles, 3 de junio de 2015

Leído: Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite

Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable. Barcelona: Anagrama, 2005. 391 p.

Una novela epistolar, en donde las protagonistas, dos mujeres maduras, se explican su vida después de que a causa de un hombre rompiesen su amistad cuando eran unas jóvenes que empezaban a saborear la vida. En estas cartas kilometricas cada una explica su vida a partir del aquel momento, y vamos descubriendo que cada una ha apostado por un tipo de vida diferente, pero que las ha abocado hacia el mismo final, la soledad, a pesar de maridos, hijos y demás familia. Una historia triste donde da la sensación que la antigua amistad juvenil puede ser la redentora de sus vidas.


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Frases y fragmentos

p. 57 Tu vida, aunque sólo la atisbo a través de una rendija, está claro que lleva un ritmo distinto de la mía. Y es que hemos crecido. Crecer es empezar a separarse de los demás, claro, reconocer esa distancia y aceptarla. El entusiasmo de aquellos encuentros juveniles con personas que despertaban nuestro interés se basaba en que dábamos por supuesta una permeabilidad continua entre nuestra vida y la de ellos, para posible la anexión. Es cierto que aún se dan momentos en que surge esa ilusión de permeabilidad, pero son momentos extraordinarios y fugaces, a los que no se puede pedir continuidad, vigencia permanente. Yo de jovencita -y a ti te pasaba lo mismo- estaba segura de que las gentes que me querían nunca se iban a desentender de mí, que mi vida era indispensable para la suya. Pero, en el fondo, lo que quería es que no me dejarán nunca de necesitar. Pues no. Luego ves que no, y además es mejor que nadie te necesite mucho.

p. 189 Somos seres discontinuos, qué le vamos a hacer. Pero se aguanta mal. Por eso nos agarramos como a un clavo ardiendo al encuentro amoroso, por nostalgia de la continuidad perdida, ya lo dice Bataille, porque nos resistimos a morir encerrados en nuestra individualidad caduca. La plétora sexual es un sucedáneo que trata de remediar el aislamiento del ser, pero sólo lo proyecta fuera de sí. Y aunque, en el mejor de los casos, pueda coincidir con la proyección fuera de sí desencadenada en otro, siempre se tratará de dos individuos que, si comparten algo, es un estado de crisis. La crisis más intensa que se pueda imaginar, pero al mismo tiempo la más insignificante. Lo mismo que las olas, perseguirse, gozar y luego deshacerse por separado.

p. 216 la sorpresa era una liebre blanca que sólo descubren los que no salen de caza.

p. 239 Ya por entonces vislumbraba yo algo que iría quedando cada vez más claro con el correr del tiempo: que no basta con dar un portazo y largarse a la calle para librarse del influjo de otras vidas que inciden en la propia.

p. 268 La sorpresa es una liebre, Sofia, y el que sale de caza nunca la verá dormir en el erial.

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Sofía Montalvo y Mariana León fueron amigas en el colegio. Sofía, joven imaginativa, de carácter abierto, se ha visto atrapada en una oscura existencia de esposa y madre de familia. Mariana, cuya trayectoria amorosa resulta más confusa que apasionada, se ha convertido en una brillante psiquiatra de moda. Al cabo de más de treinta años, el azar las hace coincidir en un cóctel y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolución interior que irá creciendo a lo largo del libro. En este encuentro, Mariana evocó la afición de Sofía por las palabras, animándola a escribir. Con la sensación de quien se dispone a ordenar el cuarto donde se amontonan los miedos, objetos, presencia y fantasías, Sofía estrenará su primer cuaderno. Entretanto, Mariana se ha marchado de Madrid sin avisar a nadie y compone para Sofía cartas que no se atreve a echar al correo, y donde va tomando el pulso a su desintegración psicológica. La novela es así la historia de dos escrituras, pero también, quizás por encima de todo, la reconstrucción de una amistad. Carmen Martín Gaite, dueña de un estilo que se mueve con idéntica soltura en los diálogos, las invocaciones poéticas, la creación de personajes accesorios, los momentos de suspense o las asociaciones surrealistas, ha sabido captar, magistralmente, esos cambios de postura, esos giros del alma de sus entes de ficción en una de las novelas españolas con mayor éxito nacional e internacional de las últimas décadas.

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